Por Lola Orcha.
Una de las Coordinadoras de Cuba Democracia ¡Ya! en Marbella.
Es 11 de Marzo, viernes, un año más, gracias a Dios, celebramos el aniversario del nacimiento de nuestra hija. El día amaneció encapotado y gris, y por supuesto, la lluvia no tardó mucho en hacer su aparición.
Nada de eso importaba, a pesar del día, y de tantos otros aciagos recuerdos de otro 11-M, en el que me vi forzada a suspender la fiesta superada por el dolor de los atentados de Madrid, estaba decidida a que mi hija tuviese una fiesta maravillosa por sus trece años.
Había conseguido superar muchos obstáculos para celebrarla, y con la ayuda inestimable de muchos buenos amigos cubanos, chilenos y españoles, lo había conseguido, ¡habría party de cumpleaños!
Pero, un año más, un nuevo y doloroso acontecimiento pondría oscuras sombras de lágrimas en mis ojos de nuevo. La noticia saltó desde la pantalla de la televisión, terremoto en Japón, un enorme tsunami se espera en muchísimos de los países del Pacífico, la alarma es lanzada casi inmediatamente.
Al mismo tiempo que las imágenes de la desolación y la destrucción, causadas esta vez por la propia madre naturaleza, impactaban en los corazones de los que las veíamos, en Madrid recordaban a las victimas del 11-M, con sentidos homenajes por todas las estaciones de tren, donde tan cobarde e impunemente atacaron los desalmados terroristas hace ya siete años.
Mientras en otros confines del mundo los avatares de la vida se iban sucediendo uno tras otro, y sólo uno de ellos, pondría un color de alegría en muchos miles de personas, y sobre todo llevaría calor y esperanza a una familia que llevaba esperándolo desde hacía mucho tiempo, ocho largos años.
Oscar Elías Biscet, dicho así, a muchos españoles quizás no le suene a nadie, pero para muchos cubanos, dentro y fuera del país, y para mí misma, Biscet es un icono, un verdadero luchador por la libertad, no sólo la suya, sino la de todos sus hermanos cubanos y del hombre en general.
Desgraciadamente, la noticia de su liberación, se ha perdido entre el maremágnum de tantas y tan malas noticias que nos llegan de Japón, y de la economía, y del petróleo, y de los muertos de Libia, y de los tsunamis. Todo un compendio de hechos que por su fuerza acallan las necesidades y los horrores que también se viven en Cuba, sin necesidad de terremotos, ni tsunamis, ni guerras. El simple hecho de padecer de una larga sucesión de tropelías y abusos por parte de su propio gobierno ha hecho de Cuba un país que presenta un aspecto casi tan catastrófico como el propio Japón.
El doctor Oscar Elías Biscet, cubano opositor y disidente, ha sido liberado. Fue como un flash entre las secuencias casi sin interrupciones del seísmo del país del Sol Naciente. Pero los que seguimos muy de cerca la constante lucha de este cubano por el respeto a la vida y los derechos humanos, nos agarramos a esa pequeña chispa de esperanza que nos lanzaron desde las frías pantallas de las televisiones.
Ya está libre, o al menos ya no está en la cárcel, pues de buen seguro, estará bajo estrecha vigilancia por los cuerpos de seguridad cubanos. Pero sus primeras palabras no dejaron lugar a dudas “soy cubano, me quedo en mi tierra, y continuaré mi lucha desde aquí”, palabras valientes, que sobrecogerán a muchos. No aceptó el destierro, lo mismo que los otros tres que aún permanecen prisioneros, los otros, los que liberaron antes, se encuentran desperdigados por parte de la geografía no solo española, sino de todo el mundo. Desterrados y dolidos, confusos aún ante la perspectiva de una vida en una sociedad que no es la suya, y con el corazón y el alma enterrados todavía entre las enormes paredes de la isla-cárcel.
Presos que continúan con una batalla vigente, a pesar de la lejanía, como Pablo Pacheco Ávila, y Jose L. García Paneque, quienes desde su blog http://www.vocesdeldestierro.wordpress.com/ marcan un antes, un durante, y un después de sus estancias en las infames prisiones cubanas al mismo tiempo que el Doctor Biscet. Presos, que ahora, animados por el inmenso apoyo de este doctor mulato, de fuertes convicciones humanas, en la guerra contra el opresor gobierno castrista desde 1986, preso innumerable cantidad de veces, y siempre claro sobre los deseos de un pueblo que clama en silencio y desde el miedo, la necesidad de un cambio que les lleve de nuevo al rumbo de la Democracia y la Libertad , perdidas desde hace ya 52 años, podrán reivindicar su derecho a continuar esa misma lucha desde dentro de su país.
Ellos, y los miles de cubanos que andan allende los mares suspirando por el regreso a su amada isla, con las entrañas llenas de nostalgia por todo y a todos los que tuvieron que dejar atrás. Grupos políticos formados en el exilio, organizaciones de ayuda para cubanos, y todos aquellos que de alguna manera nos involucramos un día con aquél precioso país, miramos esperanzados hacia la gran figura de Oscar Elías Biscet.
Es innegable e indudable su carisma, no sólo como persona, sino como líder nato. Su espejo se nutre de Ghandi y Martin Luther King, fue encarcelado en numerosas ocasiones entre el 98 y el 99, con una primera condena en el 2.000, para ya luego ser condenado junto al grupo de los 75 en la famosa Primavera Negra. Es el presidente de la Fundación Lawson por los Derechos Humanos, considerada ilegal en Cuba. Conocido antiabortista, denunció al gobierno por sus prácticas abortivas con Rivanol, una pastilla que si no hacía efecto se daba a luz a un niño vivo, quien sencillamente era dejado sin asistencia hasta su muerte. En 1997 realizó un estudio sobre esas técnicas de aborto utilizadas en el Hospital Hijas de Galicia, bajo el nombre “Rivanol: Un método para destruir la vida”, donde también se constataba que esta práctica aberrante era desconocida por la paciente. Denunció así al Sistema de Salud cubano por genocidio. Dicho estudio fue traducido al inglés y enviado a la Convención Sobre los Derechos del Niño, en Ginebra, Suiza. Por estos hechos fue denunciado y expulsado del sistema de salud cubano, evitándole ejercer su profesión de médico en su propio país.
Ha realizado innumerables huelgas de hambre, siendo la más conocida la de Tamarindo 34, en la Habana , cuando estuvo 40 días sin comer, y secundado por numerosos cubanos desde distintos puntos del país y del extranjero y seguido por una numerosa prensa internacional. Sus estancias en prisión han sido tortuosas, le han maltratado física y psicológicamente, sufriendo desde golpes y amenazas, hasta ser encarcelado junto a individuos desquiciados mentales y criminales comunes. Lo han presionado para que salga de Cuba, en incontables ocasiones a lo que el Dr. Biscet siempre respondió con que él nunca abandonará su país. El enorme apoyo de su esposa, Elsa Morejón, enfermera, y una de las integrantes de las Damas de Blanco, galardonadas con el Premio Sajarov ha sido crucial para la gran batalla ganada por este hombre, y desde su blog http://www.oscareliasbiscet.blogspot.com/ fue reportando cada una de las visitas que pudo hacer a su marido mientras estaba en la cárcel, reportando no solo de su situación sino la de muchos otros presos.
Pero ahora ya nada importa, ya están juntos, y juntos, con el empuje de las nuevas generaciones de bloguers, como Yoani Sanchez, Claudia Cadelo, Luis Felipe Rojas, y tantos otros, las Damas de Blanco, personas de la talla de Fariñas, y sobre todo, con la memoria puesta en Orlando Zapata de todos los grupos dentro y fuera del exilio, han puesto una llama muy fuerte en el corazón de todos y cada uno de nosotros.
La Libertad es posible, la hora de la Democracia se va acercando, y desde la Paz y No Violencia podremos lograr el deseado destino de un país en armonía, donde el pueblo sea libre para opinar, viajar, crear, discutir, amar, y sobre todo para Vivir. El Derecho a la Vida es del ser humano, y eso, Biscet nos lo ha recordado y recuerda a través de todos y cada uno de sus momentos vividos, por eso… ¡Bienvenido Doctor Biscet! y desde aquí le envío todo mi apoyo y los deseos de que un día pueda volver a pasear por las calles de su vieja y bella Habana, pero con la luz de la LIBERTAD bañando de nuevo sus queridos y nunca olvidados rincones. Y por supuesto decirle que la noticia de su liberación hizo que mi fiesta de cumpleaños, se convirtiese también en una fiesta de júbilo que celebré con mis amigos cubanos que asistieron a ella.
Lola Orcha
Una gaditana ¡CUBANA!
Excelente Lola. Aunque hayas nacido en Cádiz eres CUBANA y te consideramos HERMANA. Gracias y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarUna vez más se reafirma la similitud de dos ciudades hermanadas: CADIZ y LA HABANA.Y al leer este magnífica CRONICA de LOLA,no sé "si me trasladé" al "Paseo Marítimo"de Cádiz,o lo hice al "Malecón Habanero".Sentí CALOR HUMANO...BRISA AMIGA...OLAS HERMANAS.¡GRACIAS LOLA!.Tus palabras llegan,recibe las mías.Un ABRAZO.
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