El documento que se reproduce a continuación (pinche la imagen para ampliarla) es un extracto de la historia clínica del disidente Juan Wilfredo Soto García, fallecido el pasado 8 de mayo en el Hospital “Arnaldo Milián Castro”, de Santa Clara. El resumen está fechado en octubre del año pasado, y estaba en poder del pastor bautista de Taguayabón, Mario Félix Lleonart, que, como declaró ayer a Radio Nederland, debía ayudar a Wilfredo a conseguir unas pastillas. Me lo ha hecho llegar Yoani Sánchez.
El extracto prueba, sin duda, que Soto García era una persona gravemente enferma, con varias dolencias, sobre todo cardiovasculares, además de diabetes y gota. Lo curioso es que en esta valoración médica reciente no aparece por ninguna parte la “pancreatitis” que, según la nota oficial del gobierno cubano, fue su causa de muerte. Si no se trataba de una dolencia crónica, que hubiera aparecido reflejada en el expediente, entonces se refuerza la idea de que tal pancreatitis fue provocada por lesiones violentas que derivaron en trauma abdominal, como vienen denunciando opositores y activistas cubanos.
PD: Como no soy médico, decidí consultar con dos especialistas de la clínica Teknon de Barcelona y enseñarles el resumen de historia clínica antes de publicarlo con mis comentarios. Sus conclusiones (resumidas) son las siguientes:
Hay dos tipos de pancreatitis, la crónica y la aguda. La que mata es la aguda.
En los análisis del 2010 no se menciona ningún antecedente de pancreatitis. Sí se observa que el paciente tenía diabetes y los pacientes con diabetes no suelen desarrollar pancreatitis
La pancreatitis aguda puede surgir en cualquier momento y sin avisar. Por otra parte, un paciente con pancreatitis aguda no puede hacer vida normal (es decir, no es una enfermedad que se pueda tener y no darse cuenta) ya que la enfermedad requiere ingreso inmediato.
Por lo tanto, si el paciente estuvo haciendo vida normal es que no tenía pancreatitis aguda.
Una golpiza puede provocar una pancreatitis aguda.
En resumen, sin tener otros datos (presencia de hematomas) o presenciar la autopsia no se puede confirmar que los golpes hayan provocado la pancreatitis. Pero sólo hay dos posibilidades:
1- que una improbable casualidad haya hecho aparecer la pancreatitis justo después de la golpiza.
2- que la golpiza haya provocado la pancreatitis.
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